En Paraguay y en el mundo se atraviesa una sensible realidad que no nos debe dejar sin dar una efectiva reacción: el abuso y la violencia contra niños, niñas y adolescentes. 

Este flagelo merece especial atención y, ante todo, el establecimiento de mecanismos de acción efectivos para buscar erradicarlo y otorgar las sanciones correspondientes a los actores de toda forma de violencia contra nuestros niños, niñas y adolescentes, entendiendo que ninguna acción que violente sus derechos es justificable, y que todo es prevenible. 

Según estimaciones facilitadas por el informe del World Report on Violence Against Children, se considera que "Los informes de infanticidio, castigos crueles y humillantes, trato negligente y abandono, abuso sexual y otras formas de violencia contra los niños y niñas existen desde la época de las antiguas civilizaciones", y que estas prácticas perviven hasta la actualidad sin demasiados cambios, atendiendo que solo 16 países poseen una ley contra todo castigo físico hacia niños, niñas y adolescentes.

Cabe destacar que en el informe mencionado se apunta a que "en Paraguay niños de tan sólo doce años han sido reclutados a la fuerza en las fuerzas armadas, a menudo con certificados de nacimiento falsificados por autoridades civiles o militares" (P. 206) siendo esta una realidad que buscamos erradicar a través del proyecto de ley que busca penalizar el reclutamiento infantil en todas sus formas. 

Por lo demás, es de suma importancia instalar en el debate nacional la concientización de este flagelo que asola no solo al país, sino a todo el mundo, con la intención de generar incidencias que posibiliten el cambio necesario en aras de la defensa de los intereses superiores de nuestros niños, niñas y adolescentes.